lunes, 1 de octubre de 2007

Lima 2177; Código 005 - Johnny el Ciego

LIMA 2177
Código 005 - JOHNNY EL CIEGO


León…León.. ¿Adonde vas?, no te acerques a esa puerta, es demasiado peligroso, León, huye, nos descubrieron, corre………………
Una gran sacudida sacó a León de sus ensoñaciones, hacía varios días que soñaba despierto, una y otra vez se imaginaba viajando hacia la entrada de aquel paraíso idealizado, sabía que ese era su destino pero no hallaba la manera de llegar a él pues la realidad se lo impedía. Pensó acerca de si “Ellos” ya se habían dado cuenta, aun no había podido bloquear perfectamente su chip, por lo tanto sabrían si se daban serias alteraciones en su pensamiento o quizá ya estaban enterados.
León salió de su unidad de vivienda y se dirigió a una antigua plazuela, conservada como reliquia, caminaba de una manera cansada, agotado del estilo de vida que llevaba, de pronto se dio cuenta de que alguien lo seguía, volteó y observó dos extrañas figuras que se le acercaban, eran bastante altos, llamaban la atención sus ojos, fríos, plateados, resaltaban de toda aquella cara plástica e inhumana, dos “artificiales” habían sido enviados a espiarlo, pero ahora se mostraban ante él, eso sólo significaba una cosa; De pronto, un vehículo aterrizó cerca de León, un extraño cubo del cual salieron tres tentáculos en cuyos extremos se podían ver irradiadores de energía, del otro lado apareció un deslizador en el que venían dos agentes – humanos – que le cerraron el paso aun más, no estaba equivocado, ya sabían lo que estaba pensando, creyó haber encubierto todo, pero ¿Acaso sus sueños?, ¿Ni siquiera el imperio de lo onírico estaba libre de la intrusión de “Ellos”?.
El cerco se hacía más estrecho cuando de la nada apareció un extraño ser, vestía un harapiento sobretodo, en su cabeza llevaba un viejo sombrero negro similar al que usaban los predicadores puritanos de hacía varios siglos, sus ojos estaban cubiertos por una protección obscura, a simple vista parecía un mendigo ciego. León gritó que se alejara, sus palabras sirvieron para poner en alerta a sus acosadores, uno de los agentes descendió del deslizador y se dirigió hacia el recién llegado, advirtiéndole que era mejor que se aleje, de pronto el “ciego” extrajo de entre sus ropas una antigua escopeta corta, el agente sonrió, llevaba una protección que lo hacía invulnerable contra reliquias como esa, el “ciego” disparó, la bala penetró fácilmente la protección del agente deteniéndose dentro de su cuerpo y en un instante hizo explosión, destrozando el organismo del pobre infeliz, esparciéndose en el pavimento; el otro agente dirigió el deslizador a fin de embestir al “ciego” quien de improviso movió su otro brazo, el deslizador se dirigía hacia él pero no pudo avanzar mucho, un rayo de plasma había sido accionado, haciendo estallar la máquina y al agente con ella; Ahora sólo quedaban tres enemigos, la cosa con los tentáculos se aproximó a fin de inmovilizar al intruso pero era atacada de pronto con el arma de plasma, sus sistemas resultaron dañados, los tentáculos se volvieron inservibles, el “ciego” caminó hacia aquel montón de tecnología casi inerte, depositó un extraño receptáculo que terminó por anular las agonizantes funciones de aquella cosa. Ahora sólo restaban los artificiales, sin embargo León había notado que aquellos eran solamente Scaneadores y Registradores, espías que se ocultaban en la sombras y que eran enviados para recabar mas datos de aquellos presuntos sospechosos de querer alterar el orden o de abandonar el sistema, aquellos ciber-organismos comenzaron a monitorear al extraño pero poca información pudieron transmitir, el arma de plasma los redujo a casi nada.
La amenaza había terminado, ¿Cómo era posible? Se preguntaba León, el ciego se rió, una carcajada que se elevaba a los cielos, luego comenzó a mover de un lado a otro su brazo izquierdo, el cañón de plasma estaba algo sobrecargado, necesitaba mantenimiento. León seguía interrogándose acerca de aquel personaje cuando él mismo se volvió y se presentó como Johnny, Johnny el ciego, vaya un seudónimo tan simplón, pensó León, pero no era momento para críticas ácidas.
Johnny el ciego se sentó al lado de León quien comenzó a hacerle varias preguntas acerca de su origen y sus habilidades, Johnny le dijo que llevaba implantes que agudizaban en casi un 300 % sus otros sentidos, sus reflejos habían sido alterados, las armas que llevaba eran cortesía de TANATOS, uno de los hombres más importantes en EL HUECO; Había optado por llevar la vida de mendigo invidente para pasar desapercibido a los ojos de los “esclavos” (así llamaba a la población de las mega - urbes), protegiendo su mente con un chip que bloqueaba cualquier intromisión del exterior, éste aditamento además potenciaba la habilidad de su cerebro de inhibir imágenes inconscientes que se manifestaban cuando dormía, para evitar que sean monitoreadas.
León escuchaba fascinado el relato de Johnny, pero su admiración creció cuando éste le dijo que provenía de UTOPÍA, ¿Acaso era posible?, ese sitio era el sueño de León y también el origen de sus pesadillas y de los problemas en los que se había metido. Aquel lugar se ubicaba en el territorio que antes era llamado El Agustino y San Juan de Lurigancho, ahora era zona prohibida, asentamiento de una poderosa gente, librepensadores que se habían negado a venderse a la sociedad Neo-Moderna, construyendo un prototipo de organización que respondía a la ciencia y al intelecto, regido por las leyes del conocimiento; León le pidió a Johnny que lo llevase hacia aquel lugar, que lo protegiese en su camino a aquel paraíso, sin embargo Johnny se negó pues era un proscrito en UTOPIA, uno de los pocos que había podido escapar de aquel infierno, todos aquellos sueños y fantasías que algunos albergaban sobre ese sitio eran únicamente falsedades, UTOPIA era realmente una cárcel, tanto para el cuerpo como para el alma; León se horrorizó ante aquellas palabras, ¿Proscrito? ¿Cómo era eso posible en aquel Edén? ¿Cómo podía existir una persona que opinara de manera tan horrible acerca de aquel lugar, centro de su apasionamiento?, León no se desanimó, rogó e imploró por la protección de Johnny, hasta que por fin el ciego comprendió que aquel joven era un caso perdido, decidió llevarlo para que comprobase por su propia cuenta lo que era ese paradisiaco infierno.
Iban en una especie de carguero conducido por una mestiza muy gorda, vestida a la usanza de los antiguos camioneros, quien formaba parte de una organización de contrabandistas y guerrilleros urbanos, “Guerrilla High” se hacían llamar, León sintió curiosidad por aquella extraña pero las interrogantes sobre la conductora quedaron a un lado pues León seguía preguntando sobre Utopía, Johnny guardó silencio. Luego de casi 20 minutos llegaron al susodicho destino. Un conjunto de casas ruinosas, a la imagen de pueblo fantasma, comprendían el “portal de bienvenida” para la famosa UTOPÍA; Construcciones obscuras flanqueaban las grandes murallas que la separaban de la modernidad. El carguero se detuvo; Ahora sí, León alcanzaría sus sueños, pensar sin ninguna máquina que te controle la mente, sin depender de aquel sistema corrupto y consumista, dejar a un lado aquella universidad y aquel block de departamentos, olvidar que su padre y madre habían vendido su alma a TRONIC, la corporación que administraba la zona donde residían, no esperó más, saltó del vehículo, pero en ese instante Johnny se levantó y pronunció en voz alta las siguientes palabras: ¿Qué esperas de la Vida?, León lo observó y no contestó nada, emprendió una alocada carrera, Johnny volvió a sentarse, ¡Vámonos! gritó, la “camionera” hizo caso de aquellas palabras y enrumbo hacia otro destino.
A lo lejos, León corría emocionado, su locura había tenido su recompensa, poco a poco se acercó más a su tan anhelada salvación, llegó a los pies de los muros, creyó que alguien iba a abrir la puerta para que aquel entrara, sería acogido como un refugiado, una víctima, pero nada ocurría, su alegría comenzó a transformarse en desesperación, buscó y halló un agujero, él cabía en aquel conducto, no lo pensó mucho e ingresó, desesperado recorrió aquel túnel asqueroso hasta que llegó al final del mismo; Era un cuarto sumamente obscuro poblado únicamente por un sonido que se hacía cada vez más potente, León no sabía de donde provenía aquel escándalo, quizá de algún dispositivo que lo revisaría antes de ser admitido; En ese momento algo brilló, ¡La luz de la Libertad! pensó León pero no era así, grandes fauces metálicas engulleron al infeliz quien no tuvo tiempo ni de gritar, los huesos, la carne triturada, poco después una extraña materia era desechada al exterior, conducida a través del tubo que hacía un momento había servido de entrada al mismo León; Al contacto con los “deshechos” la superficie se abrió y los restos cayeron hacía algún distante recipiente, acto seguido el piso volvió a cerrarse, sobre el se dibujaba la palabra “RECICLAJE”, luego sólo quedó el silencio y la soledad.
¿Qué es lo que esperas de la vida?, Pregúntaselo a Johnny el Ciego.

martes, 25 de septiembre de 2007

Lima 2177 - Santificado sea tu nombre

LIMA 2177

Código 004 - Santificado sea tu Nombre

“Amaras a Dios sobre todas las cosas” repetía un predicador callejero, “Amaras al prójimo como a ti mismo” repetía el susodicho cuando algunos curiosos volvían la mirada hacia él, acercándose, hasta formar un buen grupo a su alrededor, escuchándolo hablar de la existencia del hombre tan venida a menos, de como se dirigía hacia un retrete existencial, ¿Avanzar o retroceder? ¿Evolucionar o Involucionar? Eran algunas de las interrogantes que eran planteadas en el discurso; Su elocuencia fue en aumento siendo premiado por una gigantesca cantidad de aplausos cuyo tono ascendía al infinito, pero en la cúspide de su gloria sobrevino un inquietante silencio, el predicador se vio en medio de la nada y el vacío era su único interlocutor, angustiado el pobre individuo tornó a voltear por todos lados, pero cada lugar al que se volvía era nada; En medio de aquella situación, cientos de garras salieron de los lugares mas inimaginados cogiendo cada milímetro de la carne del desdichado, destrozándole la boca, la presión iba en aumento y al final toda la escena culminó en un siniestro, último e impactante “Crack” cuyo eco se perdió en el espacio.
Un grito estremeció el pequeño cubículo de vivienda, un rostro sudoroso dejaba el mundo de los sueños y se hacía presente en la realidad, un hombre se levantaba y se dirigía hacía la única ventana del cuarto. Jacinto Mayta, antiguo empleado de la filial de la corporación ALINAR - la cual controlaba el sector de Lima conocido en la antigüedad como Breña y la zona industrial -, vislumbró aquel paisaje frío, sin vida, agonizante, el mundo con tanto avance tecnológico. Un miserable cubículo fue casi todo lo que recibió luego de tantos años en la Corporación; “La empresa es vida” era el condenado slogan que antes repetía como el autómata que era, a veces parecía que el vampiro fabril le había sorbido hasta lo último de humanidad.
Una noche plagada de fantasmas devino en una asquerosa mañana llena de cansancio e ideas delirantes que no permitieron a Jacinto gozar de su pequeño desayuno. Dieron las 9 de la mañana, a esa hora salió del “Complejo Habitacional” para reunirse con Helinda Cassidy, una ex–ciudadana de la Megalopolis Star York (Ex NewYork) quien arribaba ese día a la región.
Jacinto caminaba lentamente al punto de reunión, aquella “gringa” loca lo había trastornado con un montón de historias acerca de pesadillas de persecución, intereses ocultos, guerras secretas que en esos momentos se libraban, ahora mismo se preguntaba como aquella lo había convencido para tamaña locura, recordó la pesadilla, recordó el destino del predicador, un estremecimiento lo sobrecogió.
Dieron las 9 y media de la mañana cuando Jacinto llegó al lugar acordado, seguramente no habría problema para que Helinda llegue, sólo bastaba decir el nombre del lugar para que el taxista lo ubicara en su mapa holográfico, conduciéndola en un instante a su destino. Media hora transcurrió hasta que un aburrido Mayta divisó a lo lejos la espigada figura de Helinda que se acercaba hacia él.
La reunión, esperada por ambos, estuvo llena de abrazos, saludos y todo lo que trae consigo un encuentro, sin embargo la emoción era por algo más, por fin Helinda haría realidad uno de los proyectos que mas acariciaba en esos momentos de su vida, Jacinto la miraba extasiado, en el tiempo que se habían conocido ella supo contagiarle aquel placer obsesivo por lo oculto y lo transgresor.
Helinda comenzó a contarle nuevamente acerca de cómo debería ser hecha la transmisión, una vez accesada la red de comunicaciones, lanzarían la señal pirata que infestaría el sistema por unos minutos, los suficientes para dar a conocer al mundo la verdad.
Jacinto recordaba el instante en que Helinda le contó acerca del Vaticano, hoy un gran emporio comercial de Fe pero que aun se sostenía en la figura del Papa, pero ¿Qué pasaría si se descubriera que aquel ya no era humano? Jacinto no supo que contestar, Helinda le explicó que desde hacía un buen tiempo el pontífice ya no era una persona de carne y hueso sino un programa visual que recreaba la figura de aquel, compuesto por un conjunto de comandos y secuencias avanzadas que le permitía un desenvolvimiento aceptable así como un adecuado mantenimiento del engaño, eso si, sin llegar a lo que se denominaba un OIECA (Organismo Inteligente – Emotivo – Conativo Artificial) ya que eso significaría su transformación en casi un ser humano, propenso a la autonomía.
Jacinto se preguntaba como aquello era posible, ¿estaba la gente sumida en tanta ignorancia que creería todo aquello?, Helinda creyó adivinar sus pensamientos, ella afirmó que en la actualidad todo lo que sale en los medios es catalogado como real, sólo por el hecho de salir en ellos, ¿Por qué entonces dudarían de aquella creación? Realmente no era falso, era un ser concebido en las mentes de unos visionarios del mercado, ahora “vivía” en los medios de comunicación los cuales lo habían ayudado a nacer y el pueblo, al creer en él, había consolidado su existencia, así de simple. Sin embargo el secreto, la ilusión de vida era débil, pues la verdad mataría a aquella criatura, aquel niño mediático, aunque en ocasiones ella se había interrogado si tenía derecho a “eliminarlo”.
En medio de aquella conversación, Helinda reparó en un vehículo que se estacionaba cerca de ellos, de su interior descendieron 4 sujetos vestidos elegantemente, Jacinto se volvió hacía ellos, observándolos, reparó de pronto en una insignia que estaba tanto en el vehículo como en el saco de aquellos tipos, de pronto Helinda comprendió lo que estaba pasando, gritó con todas su fuerzas, ella y Jacinto se miraron a los ojos, ambos entendieron lo que estaba a punto de ocurrir, salieron corriendo, corrieron con toda su fuerza, ella en su mente tenía dibujada aquella imagen y el nombre de la “Horda de todos los Santos”.
La Horda de todos los Santos, lo que antiguamente se llamaba la Inquisición, estaba tras los pasos de aquellos, eso significaba que el Vaticano estaba al tanto de todo y que habían informado al Nuncio para que tomara las medidas adecuadas. La persecución se desató, no sólo los agentes de la Horda, las fuerzas de seguridad de ALINAR colaboraron con ellos, total la Santa Sede era uno de sus accionistas. Helinda y Jacinto corrían con toda sus fuerzas, pero no fue suficiente para escapar de sus captores, pronto una gran máquina apareció, semejante a una araña metálica, las oportunidades de fuga disminuyeron, la maquina se lanzó sobre las impotentes víctimas, ambos se tomaron de las manos, de pronto aquel monstruo mecánico colapsó, presa de extrañas convulsiones, parecía que agonizaba, lentamente sus funciones se diluyeron y solamente fue un montón de tecnología desperdiciada.
Helinda y Jacinto se miraron desconcertados, ¿Qué había ocurrido? pronto acudió a ellos un vehículo deslizador, de él salió un hombre alto, de tez trigueña, Helinda lo miraba desconcertada, Jacinto sonrió, sabía quien era, el extraño saludo con un gesto, mencionó que los habían estado monitoreando por las señales de su pensamiento así como por sus antiguas comunicaciones, tanto él como su jefe sabían lo que estaba pasando, Helinda se confundió aun más, había ya demasiada gente que estaba enterada de su proyecto, tuvo cierto miedo de la identidad de aquellos sujetos, incluso del mismo Jacinto quien al darse cuenta de la reacción de su amiga se acercó a ella para pedirle disculpas pues no le había comentado acerca del HUECO, un sector de aquel territorio que estaba libre, o al menos así parecía, del dominio de las grandes corporaciones, muchos de sus habitantes eran buscados por ser considerados amenazas para el sistema, uno de ellos había sido un amigo de la infancia, ahora era un tipo buscado en varios sectores, respondía al pseudónimo de ILLAPA y era uno de los lideres de “EL HUECO”, con él había mantenido contacto desde hacía un buen tiempo, específicamente desde que fue cesado por ALINAR, hace poco le comentó acerca de una acción que iba a llevar a cabo con una extranjera, algo de cuidado, le dijo que “velara” por ellos lo que fue contestado de manera positiva, ese acuerdo se veía cristalizado ya que la caída de la máquina seguramente tenía que ver con la intervención de aquel extraño quien acercándose a ellos confirmó lo narrado por Jacinto, afirmando además que respondía al nombre de ANTI; ante lo ocurrido, Helinda no sabía que pensar, guerras secretas, el Vaticano y ahora una especie de sub – cultura dentro de la batalla por la existencia, sintió que las emociones, a partir de ese momento, ya no serían tan escasas.
En ese instante, en un complejo de apartamentos inteligentes, en algún lugar del sector dominado por ALINAR, una mujer hacía uso de la Net – Visión, “chancando” unos comandos en el teclado, accedió a la red vaticana, allí se estaba transmitiendo un mensaje del Papa, quien invitaba a los fieles a la oración por la solución de los problemas del mundo, la mujer se unió al coro de millones que sintonizaban en ese momento aquel canal, fueron minutos de éxtasis religioso luego de los cuales el pontífice prosiguió hablando, la mujer entonces notó algo, un rasgo de artificialidad en aquel ser, palideció un poco ante aquel descubrimiento, pero las palabras del Santo Padre proseguían, un mensaje de calma que la serenó y la hizo olvidar aquella reacción, el Papa bendijo finalmente al público y se retiró dando paso a un nuevo programa, la mujer dejó el aparato encendido, dándole la espalda, se retiró mientras en su pensamiento aquella duda era reemplazada con otras imágenes, mientras repetía para sí misma.

“Santificado sea tu nombre”.

“Santificado sea tu nombre” repitió el eco de la existencia neo modernista.
LIMA 2177
Codigo 003 - Vacío

Un ruido bastante perturbador inquietaba la aparente tranquilidad de la ciudad, su constancia hacía que la incomodidad se incrementará de manera gradual, pero no era la bulla lo que causaba zozobra en el ánimo de las personas, sino lo que significaba aquel estruendo infernal.
El vehículo aterrizó en la puerta de una tienda de antigüedades, en la vitrina se podían ver modelos del siglo pasado de la Marca IBM que eran rematados a un precio muy alto debido a la demanda de personas apasionadas con la tecnología del pasado. El vehículo - máquina comenzó a escanear el establecimiento y detectó el patrón anormal de nerviosismo, el sujeto escapaba por una puerta trasera.
Julio A. corría desesperadamente, hacía varios días que tenía pesadillas sobre lo que ahora estaba ocurriendo, así comprobó que el terror de los sueños no puede compararse al real. Detrás de la tienda se dibujaban innumerables puertas como un gran laberinto que a cada momento le robaba su libertad pero por fin pudo hallar la salida, pero no el escape.
Cuando Julio A. abrió la puerta halló algo muy diferente, una extraña mezcla de fierros dispuestos de manera grotesca, una luz roja impactó en su frente por unos segundos, una eternidad para el pobre hombre quien no atinaba a correr. En el interior de la máquina se gestaban distintos procesos, por fin se eligió un rayo aturdidor, la operación fue rápida, después solamente se escuchó la caída de un cuerpo.
Julio A. despertó en obscuridad total, miraba a todos lados pero allí sólo existían sombras, trató de moverse pero no pudo, él no lo sabía pero estaba bien sujeto a una especie de cama sobre la cual estaba depositado su cuerpo; Sintió cosas raras adheridas a él, extraños aparatos se ubicaban en su cuello, en sus articulaciones, en sus muñecas, en la zona del corazón, entre otros lugares.
En otra habitación, sus señales eran monitoreadas por dos oficiales, miembros de la Unidad de Control de Eventos Perturbadores – UCEP. Los oficiales vieron interrumpida su labor por la intromisión de un sujeto, pero la molestia inicial se vio superada por un temor respetuoso, era el oficial superior Artemis – nombre que usaba para encubrir su verdadero nombre, Artemio, denominación que le desagradaba a montones –.
Julio A. se hallaba ansioso e impaciente, si era el momento de morir pues que venga de una vez para terminar con aquella locura.
Prisionero Julián Alvitoez – dijo una voz que provino de la nada.
Julio A. vio crecer aun más su ansiedad, era un tono tétrico el que pronunciaba su verdadero nombre, ¿quién era aquel?; A su frente se encendió una pantalla, apareciendo la totalidad de sus datos personales, sus claves de acceso a distintos servicios, incluso se veían imágenes de sus últimas acciones, algunas un poco borrosas.
Como puede ver - Exclamó la voz anterior – tenemos todos los datos correspondientes a su rutinaria vida, ¿Creyó que con manipular su chip de identificación o alterarse el cerebro con aquel implante podría escapar de nosotros? Se equivocó.
Julio A. sintió que el corazón le iba a explotar, la pantalla se apagó y algunas luces se encendieron, eran bastante débiles pero le permitieron apreciar por un momento la situación de su cuerpo y los aditamentos que tenía encima. De un momento a otro las luces volvieron a apagarse, las tinieblas deparaban otra sorpresa, una extraña máquina comenzó a deslizarse y a posarse demasiado cerca de la cabeza del prisionero, luego disparó una iluminación roja sobre él, quiso gritar pero no pudo, no era dolor lo que sentía, había recordado lo que hace unos días le habían comentado, acerca de zombis sin mente que pululaban por la ciudad, gente con la memoria alterada, con el pensamiento deformado, incluso se contaban de algunos cuyos casos eran aún peores; Pensó que quizá sería la excepción ya que aquellos bastardos que lo tenían en su poder conocían los datos de su vida, entonces sabían que pertenecía a una familia relativamente prestigiosa, su padre era funcionario de la filial de la Transnacional ALINAR, la cual administraba cierto sector de la ciudad, quizá le tendrían consideración, aunque “él” le había dicho que una vez que desciendes a aquel averno ya no hay conmiseración ni posición alguna que te salve.
¿A que averno se refiere? – Preguntó nuevamente la voz – ¿Acaso se refiere a “EL HUECO”, esa sucia colonia de marginales?, ¿Quién es ese “él”?, ¿Se refiere al criminal que lleva el nombre de TANATOS?
Julio A. palideció.
En la otra habitación, las pantallas dibujaban imágenes borrosas, sobretodo la de un rostro que a pesar de las deficiencias se le hizo conocido al oficial Artemis, que bien que conocía a aquel sujeto.
Conteste – volvió a decir la voz – estuvo en el sector denominado EL HUECO y tuvo contacto con TANATOS.
Julio A. no dijo nada, su resistencia fue feroz, estaba casi al borde del agotamiento, en la otra habitación, los oficiales que monitoreaban la información veían como las imágenes cobraban mayor nitidez. Un silencio prolongado se apoderó de la escena, en ocasiones aparecía la pantalla con nuevas imágenes, algunas del pasado de Julio, ¿cómo era que estos malditos podían obtener tanto de él?, su resistencia se estaba debilitando a tal punto que ciertas imágenes reprimidas en su mente afloraban ya que sus esfuerzos se centraban en aquellos datos que lo condenarían.
Aunque se niegue – volvió a repetir la voz – ya no es posible detener el desenlace.
Esa bendita frase fue repetida por un espacio de 10 interminables minutos, grabada con un tono bastante lúgubre, atormentando al prisionero quien comenzó a arrepentirse de lo que había hecho, ¿por qué lo hizo? De pronto, en la otra habitación se dibujó la figura de una persona, los oficiales accedieron a la base de datos de la institución pero Artemis dijo que no era necesario, había identificado a aquel, estaba en lo cierto, era Tanatos, uno de los líderes del HUECO, enemigo declarado del sistema; En ese instante muchas pantallas se encendieron alrededor de Julio A. todas mostraban a “El”, TANATOS, su cara lo rodeó completamente, la ansiedad del prisionero llegó a los límites, las imágenes fueron acompañadas por la voz anteriormente mencionada, repitiendo la condenada frase: “…Nada puede detener el desenlace”, Julio comenzó a gritar desesperado.
En la otra habitación se registraban los datos del prisionero, Artemis presionó algo en su oreja y comenzó a hablar con alguien, estuvo así unos minutos, terminada su conversación dio la orden. El sujeto que llevaba el nombre de Julio A debía ser borrado y su cuerpo derivado al Almacen B -100 hasta nueva orden, quizá lo destinarían a ser fábrica de órganos o algo así, la contaminación fue demasiada.
¿Que haremos con su padre?, no creo que se quede de brazos cruzados ante la desaparición de su hijo – dijo uno de los oficiales.
Los superiores se harán cargo de ello – respondió ARTEMIS - entablarán contacto con los medios de comunicación, difundirán la noticia de que Julio A. ha sido secuestrado por alguna organización anarquista, quizá los CLAUN, sabemos cuan agitadores pueden ser aquellos.
Además eso reforzará la venta de los equipos de seguridad, traerá beneficios a pesar de ser un hecho tan funesto – dijo el otro oficial.
Que bien que comprendes la ideología de esta época – agregó Artemis.
Los oficiales rieron con su superior, luego saludaron cortésmente y salieron de la habitación. Artemis quedó solo; observando al desesperado por la pantalla, apagó la voz grabada – que era la suya – y continuó contemplando al prisionero, su juventud le traía recuerdos que mejor era olvidarlos. Lentamente se acercó al panel, y ejecutó la orden de erradicación – secuencia de borrar.
En la otra sala, Julio A. continuaba mirando aquella imagen, su conjunto alrededor de él simulaba un torbellino que muy pronto lo arrastraría, notó que la luz que estaba sobre su cabeza pasaba de Roja a Azul, en ese momento nuevamente escuchó la “bendita frase” pero solo fue una vez, sonaba algo diferente, notó algo de humanidad, de compasión en ella, no lo perturbó, lentamente sintió como todo aquello pasaba y terminaba, todo quedaba en blanco, una paz engañosa. Artemis contemplaba como la información era borrada, luego se escuchó el aviso – secuencia terminada, la operación estaba completa, pensó por un momento en el padre del joven, si hubiera problemas la empresa “dispondría” de él.
Saliendo de la habitación, Artemis recordó algo, se dirigió a otro dispositivo, grabó el archivo que allí estaba y recogió el pequeño aditamento en el cual se había almacenado, era rutina tener una copia física de la “mente” de los prisioneros además de la que se derivaba a la base de datos central.
Ve en paz – dijo Artemis, fue lo último que pronunció antes de salir de la habitación.
El dispositivo de almacenaje fue guardado en la sección Tanatos – clave 2177JA.
En la obscuridad, Julio A. descansaba con la mirada perdida, rodeado por la imagen de Tanatos. En la otra habitación, el panel seguía mostrando el aviso: Secuencia terminada – Vacío.

Lima 2177 - Ladron de Sueños

LIMA 2177 – Código 002
LADRON DE SUEÑOS


Salón 108 – Laboratorio de Ciencias Informáticas, 10 de la noche, Jaxcinto Expinoza aun no terminaba un complejo programa que debía presentar a mas tardar, al día siguiente, a las 10 de la mañana; Su compañero Félix no le prestaba atención, sólo pensaba en Smith, aquel nuevo héroe cuya existencia siquiera daba un poco de interés a la monotonía de aquellos días. Jaxcinto sabe que no es momento para tonterías acerca de Leyendas Urbanas, su preocupación va en aumento a pesar de que tiene permiso para quedarse toda la noche a terminar su proyecto, la Sección de Informática le ha autorizado a utilizar todos sus recursos ya que es un estudiante prometedor, incluso ya había tenido conversaciones con un ejecutivo de Dipley’s y Asociados, el grupo que gobierna el sector de la ciudad que en el siglo XXI era llamado San Miguel, Magdalena, Pueblo Libre, Jesús María y Breña. Ofertas como esa no se podían escapar de sus manos, su trabajo era importante pues justamente el programa que debía presentar era una especie de prueba pues además de ser revisado por su catedrático también lo sería por un ejecutivo de Dipley’s, por eso su locura se dejaba sentir en el ambiente, compartiendo la misma con el desprecio que en ocasiones sentía hacia Félix quien únicamente se estaba dedicando a utilizar la versión “SOLO DATOS” de la Red para leer información acerca de Comics y del famoso Smith.
- Es una modalidad algo primitiva la que usas, ¿Es que acaso no te aburres?, afirma Jacinto, acompañando su frase con una mirada de desdén
Félix no respondía, seguía leyendo extasiado, concentrado en un comic acerca de gentes que se enfrentaban a un sistema corrupto haciendo uso únicamente de su inteligencia, le pareció perfecto aquel mundo, grupos de resistencia, piratas, sub-culturas, etc., son el centro de su vida, incluso por encima de su propia carrera.
Jaxcinto lo observaba pero no le encontraba sentido, se repetía a sí mismo que su amigo era un perdedor y que en un futuro sólo serviría para que le lave su modernísimo auto, quizá le de un trabajo como su empleado, como solidaridad, fruto de su “buen corazón”.
Un extraño sonido sacó de sus pensamientos a Jaxcinto, la alarma que lleva en el costado de su oreja estaba programada para activarse cuando los sensores de la misma detectaran inactividad, así el sistema que monitoreaba sus pensamientos había detectado pensamientos distintos a los de la tarea, por lo que había mandado ese pulso sónico; Jaxcinto volvió a su labor, ésta vez los equipos que usaba le dieron el resultado que esperaba, pero aun faltaba información vital, el ejecutivo de Dipley’s le había dado los códigos que le permitía acceder a cierta información de clasificación menor pero Jaxcinto quería sorprender, deseaba aun más.
Un modulo del laboratorio llamó su atención, rápidamente se dirigió a él; Félix, al verlo, salió un momento de sus “obligaciones”, por un rato su interés se apartó de lo que estaba haciendo y se dirigió hacia su amigo.
- ¿Usaras la modalidad Espectro? - dijo Félix – Que pretendes, ¿Violar alguna “zona de seguridad” de Dipley’s?, no pensé que tenías espíritu de Pirata.
Jaxcinto reía, a él no le interesaban las fabulas de piratería cibernética, ni los hackers ni nada de eso, sólo buscaba probarse a sí mismo que tenía iniciativa e ímpetu para enfrentar retos, con esto impresionaría a los ejecutivos, quizá obtendría una mejor posición en la empresa o hasta sería contratado de inmediato.
Ante la mirada de Félix, Jaxcinto se acomodó en la silla, colocándose un casco que le cubría hasta las cejas, este aditamento estaba conectado a la red y por medio del cual las ondas del pensamiento eran decodificadas y recodificadas a fin de que sean aptas para transportarse y viajar por la red a manera de una presencia inmaterial de la cual el cerebro era consciente ya que era una especie de ser digital, versión en bytes del Yo humano.
La operación fue rápida, de pronto Jaxcinto se sintió ligero, contempló un extraño mundo laberintico de luces e impulsos, trató de percibirse pero no lo conseguía y sin embargo sentía que estaba allí, existiendo; Había una barrera que cruzar, su ser de pronto se fusionó con aquella y la libró, la información del humano se hizo uno con la del programa y la clave de acceso la cual era conocida por Jaxcinto permitió la entrada, ahora viajaba a grandes velocidades, librando los obstáculos que se ponían en su delante ya que conocía las contraseñas, hasta que llegó a un punto obscuro, la zona de mayor seguridad que no había sido revelada por el ejecutivo, nuevamente intentó fusionarse con la información pero desconocía el protocolo de acceso, sin embargo la alta velocidad que en ese momento poseía le permitió rápidamente encontrar la entrada, su cerebro trabajaba a mas no poder, de pronto se vio en una Zona Clasificada, comenzó a adentrarse en varios lugares, la información que encontró comenzó a alterarlo, Félix veía como el cuerpo de su amigo experimentaba una extraña convulsión; en la red, Jaxcinto comenzó a grabar los datos, haciéndolos uno con su señal, las copias estaban listas, la convulsión en su cuerpo parecía en aumento, en el indicador se podían ver las alteraciones de su ondas del pensamiento; algo andaba mal, la información de la red lo ponía en alerta, algo inminente estaba por ocurrir, su esencia decidió volver al primer portal, sin embargo no hallaba la salida, por dondequiera que trataba de acceder se topaba con puertas, una tras otra, no había forma de hallar la contraseña, de pronto, qué era aquello, que…
Dipley’s – Informe X10 - Espectro 01 – Intruso detectado – Alma capturada y almacenada – Código XX002ZZ
(Continuará…)

Lima 2177 - No descubras el pais de nunca jamas

LIMA 2177 – Código 001
NO DESCUBRAS EL PAÍS DE NUNCA JAMÁS


¿Cuál es el sentido de la vida?, la verdad esa pregunta ha sido formulada tantas veces que ya harta el oírla mencionar por quien fuera.
Colla sonrió ante el comentario que acababa de escuchar pues no era muy proclive a la prosa filosófica, lo único que le importaba era sobrevivir, tanto ella como su familia, pero los tiempos siguen siendo duros, no recuerdo cuando fueron blandos con las personas, ni con nadie, sin embargo aun sobrevivimos.
Estaba apresurada ese día, corría a más no poder cuando de pronto tropezó con una gran multitud que se congregaba alrededor de una Holo – Propaganda, parecía que se trataba de una nueva sucursal de MACKENNYS, la franquicia que dominaba el mercado de la comida rápida, hay tantos por estos días que resulta extraño que la aparición de uno nuevo sea considerado como novedad. Colla quedó deslumbrada por la publicidad, por las imágenes realistas y los paisajes naturales que usaban como cebo para atraer clientela, muchos parecían haberse decidido a dirigirse al nuevo local cuando de pronto todo ese paraíso publicitario quedo destruido pues las imágenes fueron borradas y en su lugar apareció un yermo obscuro, sin gracia, repleto de seres mitad humanos y mitad animales, con grandes garras y dientes, ojos rojos, músculos poderosos los cuales doblegaban a una gran bestia la cual en vida era prácticamente mutilada, quedando su sangre y sus pedazos esparcidos por doquier; El hambre y regocijo causado por la publicidad, con estas nuevas imágenes se había convertido en repulsión y asco, muchas personas adornaron la vereda con sendos vómitos, Colla no fue la excepción, pero luego una imagen sucedió a la “masacre”, una cara de payaso, una cara pintada con una gran nariz roja, se trataba del símbolo de los KLAUN, un grupo de “amargados” que lo único que buscaban era la anarquía y el causar molestias a la tranquilidad ciudadana, los KLAUN ya habían sido victimas de un poderoso reportaje por parte de uno de los programas periodísticos más sintonizados del sector “Televisión Al Servicio de la Ciudadanía” de la red Satelital de TV, creo que fueron 50 minutos de informes en los que estos pandilleros y locos eran catalogados como potenciales terroristas. La cosa en ese momento se convirtió en pesadilla cuando del cielo apareció una maquina que asemejaba una mezcla de escorpión con compactador de basura del principios del siglo XXI, la maquina había detectado algo, se precipitó a un edificio vecino y lo redujo a polvo, era una antigua construcción que según los rumores ya había sido marcada para su demolición, no importaba que la alcaldía se opusiera a ello, total el alcalde era un empleado de la “filial” que administraba este sector de la ciudad.
Luego de destruido el edificio la maquina se dirigió hacia las personas que aun quedaban por el lugar, y provista de poderosos brazos metálicos, comenzó a capturar a cuanto ser humano hallara en su delante, era una especie de batida en la cual cayeron alrededor de 20 personas, Colla era una de ellas, de nada le valieron sus gritos que pedían libertad ya que tenia que ir y encontrarse con su familia, tenia que trabajar, tenia que sobrevivir.
La sombra y el silencio dominan un extraño cuarto, Colla estaba sola, sentada en una silla reclinable, sujetadas sus extremidades por dispositivos de seguridad, sobre ella había un scanner cuya luz lectora estaba apagada, Colla observaba aquel aparato, le temía, creía saber lo que estaba a punto de pasarle o al menos lo intuía, pero todo esfuerzo era en vano, además ya era tarde, la luz del scanner se encendió; en un cuarto aparte dos personas monitoreaban imágenes del cerebro, veían las variaciones y distorsiones, el funcionamiento de aquel órgano, detectaban las inconstancias y las grababan, luego se activó otra aplicación, una especie de decodificador que lentamente comenzó a dibujar algo que se visualizó en un monitor, era lo que estaban esperando, poco a poco un conjunto de imágenes se hicieron presentes revelando el contenido de lo visto por Colla, no había duda, estaba “contaminada” con propaganda subversiva por tanto había que eliminar aquello, algo que fue realizado por medio de un conjunto de comandos los cuales activaron otra aplicación del aparato, la luz del scanner se convirtió en una especie de erradicador que alteró el contenido cerebral. Terminada la operación los sujetos encargados se tomaron la libertad de monitorear otras imágenes a fin de detectar algún pensamiento impropio o sospechoso en la mente de Colla, pero no encontraron nada, uno de ellos a manera de juego transcribió a la mente de Colla una orden acerca de su trabajo, el cual debía realizarlo acompañándolo con una ridícula canción, el otro sujeto también deseaba entretenerse así que borró unos cuantos recuerdos, la diversión fue interrumpida de pronto por el supervisor, molesto por la perdida de tiempo ya que habían muchos que debían pasar por el tratamiento, el hombre comentaba que muchos funcionarios de la “filial” estaban furiosos porque los supuestos “terroristas” no habían sido eliminados en el ataque al edificio.
Colla sentía un gran dolor de cabeza a medida que caminaba por la avenida, recordaba su clase de historia, el nombre que esta tuvo era Av. La Marina, pero esa denominación había sido dejada a un lado desde hace aproximadamente un siglo, la mujer siguió su camino, pensando en su trabajo y al hacer esto no podía evitar entonar una canción de la cual no recordaba donde la había aprendido, su caminar seguía, disimulaba un poco el miedo por la experiencia con las maquinas, ¿Qué fue lo que ocurrió?, sus recuerdos aparecían distorsionados, ¿Qué fue lo que paso?, se interrogaba a sí misma pero nada, aunque se esforzaba, algo en ella parecía decirle que era mejor no tener memoria de aquello, por su bien era lo mejor.
(Continuará..)